La importancia de la transferencia de tecnología.

Viernes, Febrero 16, 2018

En este caso los agricultores, para asegurar que los avances científicos y tecnológicos sean accesibles a un mayor número de usuarios y que puedan desarrollar y transformar esas tecnologías en mayores rendimientos, mejor calidad, nuevos productos, nuevas aplicaciones o servicios. El desarrollo y la transferencia de nuevas tecnologías son factores importantes que determinarán el futuro de la agricultura. El objetivo de la transferencia tecnológica es impulsar el desarrollo mediante el acceso al conocimiento y experiencia de instituciones de investigación, innovación y desarrollo.

 

Su objetivo consiste en un aumento de la productividad pero también tiene que estar orientada a la sustentabilidad (minimizando o reduciendo los efectos medioambientales de la agricultura) y a la equidad (asegurando que los beneficios de la investigación y la tecnología lleguen a los pobres y a las áreas marginales).

 

La productividad a través de la tecnología tiene que obtenerse en todas las tierras en las que los agricultores buscan un medio de vida y no sólo en las zonas tecnificadas. Es necesario desarrollar más variedades y tecnologías para cultivos distintos de los tres cereales fundamentales. Así como también la realización plena del potencial de los enfoques de conservación de recursos que aseguren una agricultura sostenible.

 

La tecnología tiene que ser auténticamente multidisciplinaria. Tiene que cubrir no sólo las ciencias biológicas, incluida la ingeniería genética junto con el mejoramiento convencional y la agronomía, sino también el contexto socioeconómico en el que se desarrollan las actividades agrícolas. Y además tiene que concentrar su atención no solamente en la producción agropecuaria, sino también en la ecología de todas las formas de vida dentro del sistema agrícola. Zonas de especial importancia en ecología incluyen las interacciones de plantas, plagas y predadores, así como la competencia entre cultivos y malas hierbas. Los sistemas de desarrollo de plantas y la disponibilidad de nutrientes y materia orgánica en el suelo también merecen más atención.

 

Sobre todo, se debe dar prioridad a las necesidades de los pobres en las zonas marginales que han quedado olvidadas. Los científicos tienen que participar en un diálogo interactivo con todos los interesados en el proceso de investigación, especialmente los agricultores, pero también las autoridades responsables, organizaciones sociales y el público en general. La investigación dirigida a una segunda revolución verde ya está en marcha en algunos lugares. Sus primeros frutos han demostrado que puede tener éxito, especialmente cuando los agricultores participan activamente en el diseño y evaluación de nuevas tecnologías. Sin embargo, los esfuerzos en investigación tienen que reforzarse considerablemente y se tiene que afrontar adecuadamente el reto de cambiar de escala los resultados de la investigación. Los productores que logran adoptar estas herramientas en su operación suelen salir ampliamente beneficiados en su productividad y métodos operativos, facilitando su actividad.



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