Necesario cambio en la forma de producir

Lunes, Mayo 13, 2019

Es necesario garantizar la oferta de alimentos y hacer sostenibles nuestros sistemas de producción con el objetivo de estar en condiciones de alimentar a la creciente población mundial y, al mismo tiempo, conservar la salud de los suelos y otros recursos naturales. 

Aunque las cosechas mundiales de alimentos pueden estar hoy en niveles récord, su base productiva es cada vez más precaria, en medio de señales de agotamiento de las aguas subterráneas, contaminación ambiental, pérdida de biodiversidad y otros problemas que marcan el fin de un modelo de producción que ya no es sotenible. Será necesario incrementar los rendimientos por unidad de superficie en 60% debido al aumento demográfico previsto de 2,000 millones de personas para el año 2050, haciendo frente al cambio climático, y de forma más eficiente sin que aumente aún más la deuda ecológica de la humanidad. 

El objetivo consiste en practicar una agricultura respetuosa con el medio ambiente y sostenible, dirigida a intensificar la producción, proteger y mejorar la base de recursos naturales de la agricultura y reducir la dependencia de los insumos químicos, recurriendo a los procesos naturales de los ecosistemas, y aumentando los ingresos de los agricultores. Una agricultura que involucre un conjunto de técnicas que comparten la característica de tratar de sacar provecho de los procesos biológicos y los ecosistemas naturales para "producir más con menos". 

Hay cinco elementos complementarios que forman la base da la agricultura sostenible: la agricultura de conservación, que reduce al mínimo la labranza y utiliza la rotación de cultivos; mejora de la salud del suelo, como el cultivo de plantas fijadoras de nitrógeno que sustituyen a los costosos fertilizantes minerales; la selección de cultivos con mayor potencial de rendimiento, mayor resistencia al estrés biótico y climático, y mayor calidad nutricional; gestión eficiente del agua y manejo integrado de plagas, basado a menudo en usar métodos naturales para reducir al mínimo la necesidad de plaguicidas químicos. 

La clave de la transformación necesaria supone "un cambio del enfoque de la utilización intensiva de insumos a otro que nos permita producir más con menos”. Esto exigirá innovación en ámbitos como la conservación y el restablecimiento de los suelos, así como la utilización de nuevas variedades de semillas con capacidad de recuperación ante climas más cálidos o inestables, y sistemas de gestión de las tierras creados con miras a la absorción de las emisiones de dióxido de carbono. 

El camino nos dirige hacia un futuro de intensificación sostenible de la agricultura y ofreciendo orientación práctica sobre cómo el mundo puede desarrollar su nueva agenda de desarrollo sostenible. Los gobiernos deben crear incentivos para que los agricultores adopten esta ideología mediante el apoyo a los mercados para los cultivos de rotación, elaborando herramientas – seguros agrícolas, planes de protección social y servicios de crédito- para reducir el riesgo al que pueden enfrentarse en el proceso de cambio.

 



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